viernes, 14 de mayo de 2010

Caaallleeejeroo de Nueva York (epílogo en la distancia)




THE END

Como en las pelis... Y es que ha sido como eso, como vivir dentro de una película, pero de esas en las que se te pone una sonrisa desde el principio y no se te va hasta el final... Y luego sales del cine no sé, como anestesiado, tan contento, alegre de repente por estar vivo, por tener la suerte de disfrutar de las cosas bonitas de la vida. Ahora Nueva York está otra vez donde estuvo siempre... Aunque ya no es la misma, ahora está transitada, marcada en mi corazón a fuego (como ese corazón rojo inmenso de los logos de I Love NYC)... Y escribo este epílogo desde mi casa en Madrid (con muchas otras aventuras por delante, sin duda) sintiéndome tan afortunado de haber vivido tal experiencia. Un broche de oro a la residencia que ahora se acaba (quién necesita un reumatólogo!! ooiga!! ooigaa! que lo llevo barato!! también sé hacer albañilería fina, escayola, carpintería metálica, recoger vasos y poner copas...). Mira qué curioso... Justo ahora que escribo este último "callejero de Nueva York" que tenía pendiente de hace mucho (mejor penúltimo, como dicen los gitanos) recibo un mail en messenger de The Bowery present, los tíos que organizan todos los conciertos "molones" en las salas "molonas" de la ciudad. Patty Smith, LCD soundsystem, Jacob Dylan... ¡Quién pudiera estar allí! Todavía a veces salgo a la calle aquí en Madrid y me pregunto: ¿por dónde queda Bleecker? ¿el quince baja la 2nd o la sube? Allí se han quedao buenos amigos aunque muchos ya van volviendo de su propia aventura... Amigos que hicieron mucho más fácil el pasarlo bien, el descubrir lo mejor de la ciudad... ¡Gracias!


Y nada, más vale tarde que nunca, pero quería dejar este epílogo en la distancia, geográfica y temporal, cuando todavía alguna noche sueño con algún rincón de esa ciudad que jamás de los jamases olvidaré... ¡Qué suerte inmensa haberla vivido! ¡Qué aventura haber transitado sus calles! Y, claro, como siempre pasa cuando uno vive las cosas en vez de leerlas (pobre Pessoa, en esto ya ves que no se puede estar de acuerdo contigo...), se entienden por qué iconos clásicos y ya manidos como el de la foto de arriba, I LOVE NYC, tienen tanto sentido...
Termino con un pie para la foto de la parte superior: ahí podéis ver de nuevo mi sofá en el mismo sitio donde me lo encontré, en la calle... ¡Adios NYC! estuve mu "agustito" sentaito ahí viendo pelis alquiladas en el blockbuster de la 1st ave con la 69th street, viendo los partidos de la NBA y del Betis en internet (qué desastre!), tomando una Brooklyn Winter bien fresquita mientras trataba de leer en inglés algún artículo del periódico, mientras me paraba un segundo a pensar: maaadre mía, si me vieras aquí en plena Manhattan, disfrutando de todo esto... Estarías orgullosa de mí... En fin... Fin...